Enviado por editor el Lun, 22/01/2018 - 16:09

       EXPEDICIÓN ETNOLÓGICA A LA INTENDENCIA DEL                                               PUTUMAYO (1945 -1946)

                                                                                                                                                                                                  Por: Nicolás Bonilla Maldonado

 

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                      Niño kofán con túnica, a su lado, vasijas en arcilla. Fotografía de Juan Friede. 1945. Archivo Fotográfico del ICANH

 

INTRODUCCIÓN

 

El Instituto Etnológico Nacional y las primeras expediciones etnográficas en el contexto de la República Liberal

 

Durante la década de los cuarenta se dieron los primeros pasos para la profesionalización de la antropología en Colombia. En el marco de las políticas modernizadoras y educativas impulsadas por los gobiernos de la “República Liberal” (1930–1946), se fundaron las primeras instituciones dedicadas a la arqueología, etnografía y museología. El proyecto de consolidación del Estado propuesto por los liberales promovió fuertemente una ideología nacionalista. En ese esfuerzo de promover un sentimiento patriótico, las comunidades indígenas del pasado y presente se convirtieron en herramientas que podrían unir a los colombianos en torno a un origen común y una riqueza cultural compartida.

 

En ese contexto, en el que el estado se interesó e invirtió en la investigación antropológica y social, el reconocido etnógrafo francés y director del Museo del Hombre en París, Paul Rivet, fundó en Bogotá el Instituto Etnológico Nacional (IEN) en 1941. Las ideas de Rivet marcaron definitivamente los inicios de la práctica antropológica en el país y el enfoque de las primeras expediciones etnográficas. Rivet fue uno de los representantes más importantes de la teoría difusionista de la época, la cual, a partir de la comparación de distintos grupos humanos, de sus prácticas y comportamientos, de las características físicas de las personas y de las diferencias y similitudes de la cultura material, buscaba el origen del hombre americano.  Una de las preocupaciones principales del IEN en esta primera etapa fue la urgente necesidad de viajar a las regiones con la intención de recopilar toda la información posible sobre las diferentes comunidades indígenas que estaban en peligro inminente de desaparecer por el avance del mundo occidental. Además de tomar datos geográficos, físicos, antropométricos y etnográficos, los expedicionarios centraron sus esfuerzos en recoger la cultura material de las diferentes comunidades. Con respecto a este tema, Roberto Pineda Giraldo (uno de los primeros estudiantes del IEN) afirma:

 

“Fue muy importante el hecho de trabajar muy duro en las expediciones para recuperar lo que hubiera de las comunidades indígenas que se sabía que estaban declinando. Era recopilar material en grandes cantidades para que ese material no se perdiera” (Pineda Giraldo, en: Botero, 1994, pág.141).

 

Guiados por los profesores Paul Rivet, Gregorio Hernández de Alba y Justus Wolfran Schottelius, entre otros, los estudiantes pioneros Luis Duque Gómez, Edith Jiménez, Blanca Ochoa, Gerardo Reichel-Dolmatoff, Alicia Dussán, Roberto Pineda Giraldo, Virginia Gutiérrez de Pineda, Milcíades Chaves, Miguel Fornaguera, Eliécer Silva Celis, Henry Lehmann, Alberto Ceballos, José de Recasens, María Mallol de Recasens, Lothar Petersen y Anna Kipper, iniciaron una serie de expediciones a lo largo de todo el territorio nacional. Los objetos recogidos en estos viajes serían exhibidos en varias colecciones y museos públicos como parte del proyecto político liberal y muchos de ellos, ahora conforman la Colección Etnográfica del ICANH.

 

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                                                       Milcíades Chaves ejecutando medidas antropométricas a un indígena kofán.

                                                             Fotografía de Juan Friede. 1945. Archivo Fotográfico del ICANH

 

LA EXPEDICIÓN 

 

En los últimos meses de 1945 y los primeros de 1946, el antropólogo Milcíades Chaves Ch., miembro de la sección de Lingüística, Etnográfica y Antropología del IEN, y el investigador Juan Friede, representante del Instituto Indigenista de Colombia, emprendieron una expedición etnográfica a la Intendencia del Putumayo, al sur de Colombia. El  trabajo de campo lo hicieron en comunidades de las etnias Siona, Inga y Kofán, asentadas en las riveras del ríos Putumayo, Caquetá y sus afluentes. La expedición cumplió a cabalidad con los intereses principales del IEN y sus proyectos etnográficos: recoger de la forma más amplia y completa posible información y objetos de las comunidades indígenas que estaban siendo asimiladas por la cultura occidental y sometidas a un fuerte proceso de aculturación. Asimismo,  buscar relaciones entre estos pueblos y otros de Colombia y América del Sur para sustentar teorías sobre el origen del hombre americano y sus rutas migratorias.

 

La expedición inició a finales del mes de agosto de 1945 en San Agustín, sur del Huila y finalizó en Mocoa, Putumayo, a mediados de 1946. En este trayecto, la comisión visitó las comunidades Inga, localizadas en las riberas de los ríos Caquetá, Mocoa, Guineo y Putumayo; Siona, asentadas  en las riberas de los ríos Orito Pungo y Putumayo; y Kofán, habitantes de las márgenes de los ríos Guamúez y San Miguel de Sucumbíos. Los investigadores realizaron varias actividades acordes a las prácticas etnográficas de la época como mediciones antropométricas, almacenando datos detallados de la contextura física de los individuos de cada etnia, grabaciones en audio y video de rituales, conversaciones y cantos; y recogiendo abundante material fotográfico que hoy en día reposa en el Archivo Fotográfico del ICANH. Según Luis Duque Gómez, director del IEN en esa época, la comisión trajo a Bogotá más de 300 objetos pertenecientes a las tres etnias.

 

“El señor Chaves trajo como resultado de sus estudios, 165 fichas antropométricas, recogidas entre los grupos visitados y cada una con 72 datos, con los cuales se elaborará la antropología física de estos núcleos; una valiosa colección de objetos etnográficos de estos tres grupos, entre los cuales destacamos: macanas, lanzas, arcos, flechas, cerbatanas, carcajes, arpones y redes de pescar; diversas clases de tejidos, diferentes tipos de cerámica; adornos, como collares de fruto de palma, de chaquiras y de plumas, coronas de plumas, zarcillos, brazaletes de piel de iguana, y otros elementos como peines de chota (peines de palitos), y objetos de carácter ritual o mágico” (Duque, 1947: 167).  

 

Los objetos recogidos serían catalogados, estudiados y organizados en Bogotá con la intención principal de ser exhibidos y formar parte del naciente Museo Etnográfico. Se evidencia así la puesta en práctica del proyecto político del IEN y del Estado Liberal en cuanto al reconocimiento y socialización de una riqueza cultural compartida por todos los colombianos.

 

“La colección de objetos se prepara actualmente para su adecuada exhibición en el Museo Etnográfico, al lado de las colecciones pertenecientes a diferentes grupos indígenas colombianos y con las cuales se piensa comenzar con el museo en referencia” (Duque, 1947: 167).  

 

Además de la intención de exponer los objetos recogidos en la expedición, la información y cultura material recuperada sería utilizada como material para construir teorías acerca del origen del hombre americano y sus movimientos en el territorio colombiano. Este hecho demuestra en la práctica la fuerte influencia de las teorías difusionistas del IEN y de su fundador Paul Rivet.

“El estudio de las fuentes escritas y objetos recolectados busca establecer paralelos etnológicos entre las culturas afines al territorio nacional y otras localidades en distintos pases de América del Sur, con el fin de adelantar un trabajo de tipo comparativo para establecer en momento dado las rutas migratorias de estos pueblos y la localización de su huellas culturales dejadas en diferentes regiones del país” (Duque, 1947: 167).    

 

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                                                               Mujeres y niños. Una de ellas sostiene a su hija amarrada al cuello.

                                                        Fotografía de Milcíades Chaves Ch. 1945. Archivo Fotográfico del ICANH

 

LA MEMORIA ESCRITA DEL VIAJE

 

A su llegada a Bogotá, los dos expedicionarios que dirigieron la comisión publicaron tres artículos e impartieron varias charlas sobre el viaje y sus hallazgos académicos. Los textos funcionan como memoria escrita del viaje y evidencian los intereses particulares de cada investigador. Juan Friede publicó dos artículos: el primero: El Arte de los Kofán (1947), en la revista Acta Americana editada por la Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía de México, y el segundo: Los Kofán, una Tribu de la Alta Amazonía (1952), como  memorias de su conferencia dictada en el XXX Congreso de Americanistas. Este último fue publicado en las Actas del XXX Congreso de Americanistas, Cambridge. Ambos textos de Friede responden a las características típicas de un trabajo etnográfico de la época: detallados relatos de las prácticas culturales y cotidianas de los Kofán, presentación de las características básicas de sus estructuras sociales, espirituales y políticas, y minuciosas descripciones de la cultura material y sus usos.

 

Milcíades Chaves publicó en el Boletín de Arqueología del IEN (Volumen 6, 1945) el texto La Colonización de la Comisaría del Putumayo. Un problema etnoeconómico-geográfico de Importancia Nacional. El artículo recoge una parte de su informe de la expedición, y evidencia, no sólo las prácticas e intereses regulares del IEN, sino también las preocupaciones y observaciones particulares del investigador. Chaves hace descripciones de los habitantes de la zona y de sus costumbres a la manera tradicional de la etnografía del momento:

 

“La base de la alimentación la constituye la caza y la pesca, ambas abundantes y variadas, a las que se añaden cultivos de plátano, yuca, ñame y frutas; las endemias son muy pocas y los Kofán presentan una constitución física excelente. Son altos y robustos, sanos, trabajadores, alegres y dicharacheros; hablan y ríen todo el día y continuamente entonan sus canciones; su talla media es de 1,60 m; tanto los hombres como las mujeres practican la depilación de cejas y pestañas; presentan el pelo corto, la nariz ancha y grande, los pómulos salientes, orejas y narices perforadas para engalanarlas con vistosas plumas; diariamente se pintan la cara con variados dibujos, realizados con achiote. Son fuertes y ágiles para el trabajo; tienen fama de ser los mejores bogas”(Chaves, 1945: 567).

 

Sin embargo, centra su atención en el problema de la colonización de la zona por parte de hombres y mujeres provenientes de las áreas de Nariño, Cauca y Huila. En este texto Chaves se sale del esquema clásico del etnógrafo que se centra predominantemente en su objeto de estudio y empieza a identificar y describir problemas de tipo social y político que no sólo involucran a los grupos indígenas, sino a los nuevos colonizadores de este territorio. Estas son las conclusiones a las que llega el texto de Chaves:

 

“a) Como el mestizaje biológico y cultural marcha demasiado aprisa, los grupos indígenas existentes deben ser estudiados en todos sus aspectos en un lapso no mayor de cinco años, para que su bagaje cultural no se pierda como tantos otros para la investigación.

 

b) Para defender positivamente a los grupos indígenas es necesario que el Gobierno Nacional haga reservas de tierras donde el colono por fuerza tenga que respetarlas y, además, tome directamente bajo su cuidado su educación, y proporcione todos los medios para que sean incorporados definitivamente a la nacionalidad colombiana.

 

c) La educación para los indígenas debe ser científicamente dirigida por organismos técnicos (Instituto Etnológico Nacional) que logren su propósito en el menor tiempo posible.

 

d) Es de urgente necesidad, para defender al colono, el establecimiento inmediato de campañas sanitarias que llenen a cabalidad su misión, y que la educación de este elemento sea mejor atendida y dotada.

 

e) Debe atenderse con más interés y mejor efectividad las vías de comunicación que actualmente existen y construir otras nuevas; y

 

f) El ejército nacional debe tener más amplitud en su radio de acción y constituir el eje principal de la colonización de esta inmensa región” ”(Chaves, 1945: 597).

 

Se puede afirmar que el texto de Chaves es uno de los primeros análisis en Colombia, que desde la etnografía, involucra a otros actores diferentes a los indígenas y se preocupa por proponer soluciones políticas y legales a problemas tan importantes como la colonización. Es sin duda un escrito clave para la historia de la disciplina, pues va más allá de la forma en que los antropólogos de la época veían a las comunidades indígenas como entes independientes, a presentarlas ahora en constante proceso de cambio y transformación.  Chaves propone cambios en la actitud del académico frente al problema de aculturación de las comunidades indígenas: pasa lentamente de hacer mediciones antropométricas y recolectar la cultura material como medida desesperada y de urgencia a proponer cambios políticos y legales para afrontar la inevitable transformación de estos pueblos.

 

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                  Mujer siona con corona de plumas y colgantes. Fotografía de Milcíades Chaves Ch. 1945. Archivo Fotográfico del ICANH

 

BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA A LAS ETNIAS SIONA, KOFÁN E INGA:

 

– Chaves, Margarita y Vieco Juan José.  Indígenas del Alto Putumayo-Caquetá.  En: Introducción a la Colombia Amerindia. Instituto Colombiano de Antropología (Bogotá), 1987.

– Chaves, Milcíades.  “La Colonización de la Comisaría del Putumayo, un problema etnoeconómico, geográfico de importancia nacional”. En: Boletín de Arqueología, Vol. I, Tomo I, ICAN, Bogotá, Colombia, pp. 567-598. 1945.

– Chaves, Milcíades. Mítica de los Siona del Alto Putumayo; en: Micellanea Paul Rivet, Universidad Nacional Autónoma de México, vol. II, México, 1958.

– Correa, Luis Alonso. La magia y el chamanismo en los Siona. Una comunidad en total vía de integración. Informe de trabajo de campo, Universidad Nacional de Colombia. 1982.

– Duncan, Ronald J. Precolombian design motifs in Inga Chumbes. En: América Negra: , Num.3, jun., 1992, Pg.133-144. Bogotá : Pontificia Universidad Javeriana, 1992.

– Duque Gómez, Luis. Informe de las labores desarrolladas en Colombia por el Instituto Etnológico y el Servicio de Arqueología del Ministerio de Educación, durante el periodo comprendido entre el 1° de julio de 1945 y el 20 de mayo de 1946. En: Journal de la Société des Américanistes, Année, Volume 35, Numéro 1p. 165 – 176. 1947.

– Friede, Juan. El arte de los Kofán. En: Acta Americana: Vol.5, Num.3, jul.-sep., 1947, Pg.225-234. México : Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía, 1947.

– Friede, Juan. Los Kofán: una tribu de la alta Amazonía; en: Actas del XXX Congreso de Americanistas, Cambridge. 1952.

– Jacanamijoy, Benjamin. Chumbe: Arte Inga. Bogotá : Ministerio de Gobierno, Universidad Nacional de Colombia, 1993.

– Langdon, E. The Siona Medical System: Beliefs and Behavior, Department of Anthropology of the Graduate School of Tulane University. 1974.

– Langdon E. Datos etnográficos de los Siona de Buena Vista, Putumayo: la producción y consumo de casave, nagal y farina. Popayán : Universidad del Cauca, 1973.

– Levinsohn, Stephen. Inga. En: Aspectos de la cultura material de grupos étnicos de Colombia: Vol.1, Pg.279-291. Lomalinda, Meta : Editorial Townsend, 1978.

– Robinson, Scott. Chamanismo entre los Kofán; en: Actas y Memorias del XXXIX Congreso Internacional de Americanistas, Lima, vol. IV. 1972.

– Steward, Julian y Metraux, Alfred. “The Cofan”; en: Handbook of South American Indians, vol. III, Washington, Government Printing Office. 1948.

– Wheeler Alva. Siona. En: Aspectos de la cultura material de grupos étnicos de Colombia: Vol.1, Pg.161-178. Lomalinda, Meta : Editorial Townsend, 1978.

 

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                               Niña siona moliendo la yuca brava sobre laja. Fotografía de Juan Friede. 1946. Archivo Fotográfico del ICANH

 

 

 

 

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